Por: Marcelo Ifrán
Antes que nada quisiéramos expresar nuestra inquietud sobre esta problemática que no solo padecemos los privados de libertad, sino también la sufre la sociedad en general, dado que ya no es privativo de un estrato social. En los tiempos que vivimos es hora de que asumamos que estamos frente a una enfermedad que afecta a toda la sociedad en general: La drogadependencia.
Debemos expresar nuestro mayor deseo de poder ser o pertenecer al vínculo del cual fuimos excluídos por nuestro “comportamiento” en sociedad. Tenemos la certeza que en la mayoría de los casos de los jóvenes, y no tanto, en estado de cárcel ha sido producto de la adicción a las drogas, la cual nos llevó a vivir una vida de desconciertos y vivencias que hoy muchos no podemos comprender.
Es viable preguntarles a los encargados de este Modelo Correccional, los motivos de porqué no se trabaja con el interno en estos aspectos, con la responsabilidad y la importancia que el mismo implica, a su vez también nos preguntamos…será casual?... Vale preguntar cómo es posible que el estado de la provincia de Santa Fe no cuente ni siquiera con una sola institución de recuperación para los jóvenes que sufren el flagelo de la drogadependencia.
Nuestras amargas experiencia en el tema no dice que estos síntomas sociales nada tiene de casuales, dado que es mismo aparato represivo el que se encarga de regar las calles de drogas para que los adolescentes, tanto ricos como pobres, vivan en un estado de inconciencia ante la opresión dirigida al pueblo. Por un lado tiran las drogas caras para los chicos ricos, y por el otro las baratas para los pobres, que además los mata en poco tiempo. Estas tácticas ya implementadas en épocas pasadas cuando les tiraron el alcohol a lo aborígenes para despojarlos de sus tierras esta de nuevo en práctica con la intención de no dejar pensar al pueblo, con la lógica consecuencia de que de esta forma es mas fácil de someter.
Ante la inoperancia estatal creemos necesaria la ayuda de toda persona comprometida en este tema para poder crear talleres independientes del Servicio Penitenciario con la intención de generar conciencia, principalmente en los más adolescentes. No queremos seguir siendo excluidos socialmente y queremos una nueva oportunidad, ya sea por haber agotado nuestra condena o por haber aceptado las reglas penitenciarias con nuestro buen comportamiento.
Pedimos a todos los organismos no gubernamentales, y a todo aquel que se atreva a realizar acciones concretas para poder darle batalla a este sistema opresor y tratar de rehacer un mundo que no han logrado destruir del todo.
No queremos dejar todo en manos de Dios, es hora de poner manos a la obra, desde ya agradecemos el tiempo en escucharnos, quedando a la espera de ser considerar esta prepuesta como también de ser aceptados en esa sociedad de donde fuimos desarraigados y excluidos por cuestiones económicas y políticas.
Rompiendo el Silencio agradece a todo aquel que quiera ayudarnos, y lo esperamos, con la convicción, de que hay gauchos argentinos que todavía creen en que todo puede cambiar.
Muchas gracias
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