Todavía no ha muerto.
Así como yo espero
Que se recueste la última gota
De humedad sobre este patio.
Entonces, puedo caminar
Hacia el huerto de mi abuelo.
En su jardín me esperan los rosales.
Todo el aroma llega hasta mí,
Ahora.
Soy el que aún
No hay despertado.
Veo crecer las hojas del árbol
Que un día conocí,
Escucho cada gota del agua
Que cae silenciosa y desesperada.
Es una música que pide auxilio
Mientras las voces juegan.
Hay un celeste altísimo que me observa.
Nada pueden hacer las nubes
Blancas que lo atraviesan.
¿Se habrán detenido en otro lugar?
O, acaso, ¿se habrán perdido
Como mis palabras?
En esta noche oscura y radiante
No tengo un lugar que me proteja
Mi alma congelada.
Mientras el viento raspa mis ojos
Una simple palabra
Deshace todo mi interior.
Así como la luz del oriente
Se va a iluminar el occidente,
También yo
Entre una noche y otra
Advierto que la verdadera lámpara
Son mis ojos.
Por Jonathan Ortega
Producido en el taller de poesía de
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