viernes, 28 de marzo de 2008

Creo que ella está allí

Nada impide que mis pensamientos
Naufraguen hacia lo inevitable.
Sin embargo, cuando el aire
Se hace menos luminoso
Y la brisa invisible se torna silenciosa
Algo traspasa lo hermético del muro
Y, cavilosamente, logro desenlazarme
Elijo la distancia
Para atravesar el infinito sin sol,
Sigo mis sueños que declinan hacia ti
Y me adormezco junto al río.
La tierra oscura gira.
Se hace largo el viaje hacia tus manos
Por eso las sombras hieren como una espada.
Mis ojos intentan descubrir tu frente
Mientras la luna se hace intensa.
Nada impide que mis pensamientos,
Entre el fuego y el agua,
Naveguen hacia la libertad.

Por Diego Silva, el Japo.

Rosario, enero de 2008.

Producido en el taller de poesía de la UP 3 “Historial de soledades”, coordinado por Susana Valenti.

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