miércoles, 25 de marzo de 2009

Política Socialista

Política de represión

Como bien sabe el común de la gente, los Gobiernos Socialistas de todo el mundo, son gobiernos partidarios de la represión sutil del pueblo. Decimos sutil, porque no avanzan reprimiendo en forma desmedida, sino con la cautela necesaria para que el pueblo, cuando se de cuenta, haya sufrido las consecuencias de estas políticas.
En Francia, país del primer mundo, la represión ha sido desmedida en los últimos años, llegando a la muerte de muchos manifestantes por parte de la policía y las fuerzas especiales, orden que llegó desde el más alto cargo de esa nación. Recordamos este país, porque es uno de los que presentan casos más resonantes respecto de las quejas permanentes del pueblo…
En este país tan nuestro como es Argentina, la provincia de Santa Fe se convierte en Socialista por el voto popular… error que cometen los ciudadanos y que luego se lamentaran y ya se están lamentando por la falta de políticas de estado para afrontar ciertas cuestiones necesarias para la normal convivencia del pueblo.
Llegado al ámbito penitenciario, en la época militar existía una violenta represión, tanto física como psíquica y la conculcación de los derechos constitucionales, siendo el Organismo Técnico Criminológico uno de los más violentos represores del interno, ya que, bien sabemos los detenidos, por cuestiones prácticas y de acuerdo al color de la piel se avanzaba o no en el régimen de la pena. Siendo esta impuesta como castigo en forma literal.
Muchos de esos cuadros profesionales del servicio penitenciario, lograron pasar el filtro derivado por la vuelta a la Democracia en el año 1983, y quedaron acomodados en esta Fuerza de Seguridad, trasladando sus ideas de “tener una cárcel propia” y decidiendo quién salía en libertad y quién no.
Tras muchos años de lucha, los detenidos en las cárceles provinciales de Santa Fe, logramos que estos represores se fueran o fueran retirados del SP pero, con la llegada de este gobierno, y a pesar de la supuesta política de apertura de las cárceles para una mejor y pronta “reintegración social y familiar del detenido”, han recrudecido en forma sutil algunas prácticas un poco olvidadas por los internos… pretenden estos sujetos trasladar la pena a nuestros familiares, trabajadores ellos, pobres otros, pero sujetos de derecho que nada tienen que sufrir de la pena del familiar detenido, más allá de lo que sufren como consecuencia del encierro del mismo que es… padecer las requisas, las horas de estar parados esperando que el personal penitenciario, no todos, se dignen a entregarles el número; padecer las inclemencias del tiempo, etc.… para que, una vez más, sufran las consecuencias de ser citados para “Mantener una charla sobre las obligaciones morales que tienen que cumplir cuando se hacen responsables de sacar a su cargo un familiar detenido”, siendo que esto no es ya una novedad para nosotros. En el proyecto de reglamentación de la ley nacional 24660, realizado por la Secretaría de Asuntos Penitenciarios, la Dirección General del SP e internos de las unidades de la provincia, en lo atinente a la participación que tuvieron los detenidos en su redacción, que fue importante, existe un tema de discusión y es el art. 48 del mismo proyecto, parte esta concerniente al SP. Este artículo expresa que se debe citar a la familia del condenado para lo antes expresado, cuestión con la que estamos en total desacuerdo, debido a que, bajo ningún concepto se debe trasladar la pena al entorno inmediato del detenido.
En la Unidad 3, esta práctica ha sido puesta en vigencia por algunos de los integrantes del Organismo Técnico Criminológico, hoy llamado EARS “Equipo de Ayuda para la Reintegración Social¨¿...? que, por las cuestiones que ponemos de manifiesto, dejan de ayudar al detenido, poniendo “palos en la rueda” de la inserción del mismo al seno familiar y social, trasladando la pena al entorno inmediato. Esta práctica no se veía desde los años de la represión; no obstante los tiempos han cambiado y son nuevamente resurgidas desde los fondos más tenebrosos de ese arcón de malos recuerdos que tenemos los argentinos…

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