La conmutación de penas, una mínima reducción en la sanción de aquellos presos que en un proceso han demostrado buena conducta, no puede confundirse jamás con una amnistía o un indulto, como lo sugiere el Juez Lurá.
El Juez de Ejecución de la Unidad 3 de Rosario, Dr. Efraín Lurá, con un proceder al estilo Blumberg pretende “embarrarle la cancha”, en este sector, al gobierno del Dr. Hermes Binner, y se venga en los presos, castigando así la actitud justa y digna de la mayoría de los internos que enfrentan la insensibilidad e inoperancia reinante en esta instancia judicial.
La Secretaría de Asuntos Penitenciarios de Santa Fe elevó al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia la solicitud de conmutaciones de pena para 1048 reclusos que cumplen condena en diferentes presidios de la provincia.
En la zona de Rosario son para 450 internos.
El juez de ejecución local se pronunció en contra.
Por primera vez desde que está en el cargo, el Dr. Efraín Lurá se expide en contra de este beneficio constitucional.
Sorprende la intempestiva decisión.
Primero porque no registra antecedentes de oposición a estos beneficios.
Segundo porque las consideraciones son poco serias por oportunistas.
Tercero porque sus argumentos nada tiene que ver con el objetivo que persigue este atributo constitucional del Gobernador.
Y Cuarto, y ya que hablamos de violencia, debería al menos mencionarse el problema de cómo reinsertar un joven pobre con poca o sin escuela en una sociedad que no quiere y no está preparada para incluirlos. Y, fundamentalmente, si se ha trabajado en serio, en esta dirección, durante el tiempo de encierro.
Porque no empezamos a hablar más de prevención y un poquito menos de represión.
El Dr. Efraín Lurá confunde a la opinión pública cuando enarbola el tema “de recrudecimiento del delito y del modo violento de cometerlos”, para oponerse al otorgamiento de este beneficio.
Porque no es lo mismo una amnistía o indulto que una reducción de pena, pensada para confortar, desarrollar autoconfianza y autonomía en el camino de la rehabilitación del ciudadano preso como dice la constitución provincial
No se comprende bien, la intencionalidad perseguida al “agitar” lo que sucede “en la dura calle”: áspera, amarga y hambrienta para las mayorías, sólo poniendo el énfasis en algunos casos de violencia y olvidando las causas de la misma; para entorpecer “de un plumazo” los cambios que se están realizando, aquí, en este “adentro”.
Por suerte no todos piensan así.
Podemos sentir en cada gesto y movimiento de la actual gestión de gobierno y de las autoridades de la Unidad el esfuerzo por avanzar en la concreción de un trato más humanitario y la efectivización de un plan de tratamiento reeducativo adecuado.
En esta dirección, debe valorarse la esencia de la reducción de penas.
Como un beneficio que constitucionalmente el Sr. Gobernador puede otorgar a aquellos presos que en este proceso acreditan un mínimo de condena cumplidos y un avance satisfactorio en su tratamiento.
Porque, “un país organizado ha de tener de todo: sus parques públicos, sus aeropuertos, sus multinacionales y sus cárceles; pero depende de cómo los tenga para ver si está bien o mal organizado.
Sobre todo depende de cómo tenga a sus propios miembros presos.
Porque en el modo de sancionar y de exigir el cumplimiento de la sanción se revela, más que nada, un país.
Si el mismo no se reconoce en sus encarcelados -culpable en ellos, originante de ellos, cuerpo del que ellos forman parte-
Se trata de un país hipócrita, desalmado y estúpido.”
De modo que, para que tengan sentido, estas, nuestras vidas secuestradas; como parte del proceso de tratamiento multidisciplinario de reeducación, se consideran periódicamente pequeñas reducciones en la pena a partir de un mínimo de cumplimiento de la condena y como respuesta a la buena conducta observada en prisión.
El Sr. Juez de Ejecución, Dr. Efraín Lurá que aparece preocupado ante los niveles crecientes de “inseguridad ciudadana”, sabe muy bien que tres meses más aquí o más allá no modifican nada, si fracasan los procesos de reeducación y se mantienen inalterables las cadenas de eslabones invisibles de incomprensión, de desocupación, de hambre, de egoísmo, de propiedad privada, de desánimo.
De esta violencia no dice una sola palabra.
Al Sr. Juez, siendo una persona muy preparada, no debe escapársele que nada se soluciona prolongando los encierros o incrementándolos.
Entonces, comportarse con insensible dureza, ante aquellos que vienen esforzándose -a pesar de todo-, por cambiar, esperanzados en una oportunidad; pensamos, es un error.
Nosotros rechazamos las confusas opiniones e injusta decisión del Dr. Efraín Lurá y confiamos valore adecuadamente el gobernador Dr. Hermes Binner la petición de conmutación de penas presentadas por la Subsecretaría de Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia, basados en los informes correspondientes presentados por la Dirección de la Unidad y los profesionales del organismo de tratamiento técnico-criminológico.
internos de la unidad 3
El Juez de Ejecución de la Unidad 3 de Rosario, Dr. Efraín Lurá, con un proceder al estilo Blumberg pretende “embarrarle la cancha”, en este sector, al gobierno del Dr. Hermes Binner, y se venga en los presos, castigando así la actitud justa y digna de la mayoría de los internos que enfrentan la insensibilidad e inoperancia reinante en esta instancia judicial.
La Secretaría de Asuntos Penitenciarios de Santa Fe elevó al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia la solicitud de conmutaciones de pena para 1048 reclusos que cumplen condena en diferentes presidios de la provincia.
En la zona de Rosario son para 450 internos.
El juez de ejecución local se pronunció en contra.
Por primera vez desde que está en el cargo, el Dr. Efraín Lurá se expide en contra de este beneficio constitucional.
Sorprende la intempestiva decisión.
Primero porque no registra antecedentes de oposición a estos beneficios.
Segundo porque las consideraciones son poco serias por oportunistas.
Tercero porque sus argumentos nada tiene que ver con el objetivo que persigue este atributo constitucional del Gobernador.
Y Cuarto, y ya que hablamos de violencia, debería al menos mencionarse el problema de cómo reinsertar un joven pobre con poca o sin escuela en una sociedad que no quiere y no está preparada para incluirlos. Y, fundamentalmente, si se ha trabajado en serio, en esta dirección, durante el tiempo de encierro.
Porque no empezamos a hablar más de prevención y un poquito menos de represión.
El Dr. Efraín Lurá confunde a la opinión pública cuando enarbola el tema “de recrudecimiento del delito y del modo violento de cometerlos”, para oponerse al otorgamiento de este beneficio.
Porque no es lo mismo una amnistía o indulto que una reducción de pena, pensada para confortar, desarrollar autoconfianza y autonomía en el camino de la rehabilitación del ciudadano preso como dice la constitución provincial
No se comprende bien, la intencionalidad perseguida al “agitar” lo que sucede “en la dura calle”: áspera, amarga y hambrienta para las mayorías, sólo poniendo el énfasis en algunos casos de violencia y olvidando las causas de la misma; para entorpecer “de un plumazo” los cambios que se están realizando, aquí, en este “adentro”.
Por suerte no todos piensan así.
Podemos sentir en cada gesto y movimiento de la actual gestión de gobierno y de las autoridades de la Unidad el esfuerzo por avanzar en la concreción de un trato más humanitario y la efectivización de un plan de tratamiento reeducativo adecuado.
En esta dirección, debe valorarse la esencia de la reducción de penas.
Como un beneficio que constitucionalmente el Sr. Gobernador puede otorgar a aquellos presos que en este proceso acreditan un mínimo de condena cumplidos y un avance satisfactorio en su tratamiento.
Porque, “un país organizado ha de tener de todo: sus parques públicos, sus aeropuertos, sus multinacionales y sus cárceles; pero depende de cómo los tenga para ver si está bien o mal organizado.
Sobre todo depende de cómo tenga a sus propios miembros presos.
Porque en el modo de sancionar y de exigir el cumplimiento de la sanción se revela, más que nada, un país.
Si el mismo no se reconoce en sus encarcelados -culpable en ellos, originante de ellos, cuerpo del que ellos forman parte-
Se trata de un país hipócrita, desalmado y estúpido.”
De modo que, para que tengan sentido, estas, nuestras vidas secuestradas; como parte del proceso de tratamiento multidisciplinario de reeducación, se consideran periódicamente pequeñas reducciones en la pena a partir de un mínimo de cumplimiento de la condena y como respuesta a la buena conducta observada en prisión.
El Sr. Juez de Ejecución, Dr. Efraín Lurá que aparece preocupado ante los niveles crecientes de “inseguridad ciudadana”, sabe muy bien que tres meses más aquí o más allá no modifican nada, si fracasan los procesos de reeducación y se mantienen inalterables las cadenas de eslabones invisibles de incomprensión, de desocupación, de hambre, de egoísmo, de propiedad privada, de desánimo.
De esta violencia no dice una sola palabra.
Al Sr. Juez, siendo una persona muy preparada, no debe escapársele que nada se soluciona prolongando los encierros o incrementándolos.
Entonces, comportarse con insensible dureza, ante aquellos que vienen esforzándose -a pesar de todo-, por cambiar, esperanzados en una oportunidad; pensamos, es un error.
Nosotros rechazamos las confusas opiniones e injusta decisión del Dr. Efraín Lurá y confiamos valore adecuadamente el gobernador Dr. Hermes Binner la petición de conmutación de penas presentadas por la Subsecretaría de Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia, basados en los informes correspondientes presentados por la Dirección de la Unidad y los profesionales del organismo de tratamiento técnico-criminológico.
internos de la unidad 3
2 comentarios:
Me parece un comentario excelente. Es lamentable que nuestros jueces tengan este modo de interpretar las leyes. ¿No se considera esto en los concursos para ocupar estos cargos? ¿No es esta una forma de encubrir las falencias del Estado siempre cargando contra los más débiles?
fran gay
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